La educación no puede seguir dirigida a la mera transmisión de conocimientos y de información, sino a desarrollar la capacidad de producirlos y utilizarlos. Este cambio está a la base de las actuales tendencias reformistas pero parece no encarnar en la práctica cotidiana docente, por lo que hay que poner acento a los fenómenos metacurriculares. Eso puede ser posible en la medida que las prácticas de calidad se socialicen.
martes, 10 de noviembre de 2009
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