miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los buenos profesores

Vivimos en una sociedad que ha despolitizado lo cotidiano con la consecuente menor implicación en las tareas, en virtud de lo cual la profesionalidad docente pasa a ser una artificialidad y nadie asume la responsabilidad que conlleva el rol que desempeñan los profesores. Por ejemplo, en muchas escuelas se fracciona el conocimiento y se enseña y se aprende sin creatividad ni encantamiento. Peor aún, se simula enseñar y se simula aprender a pesar de las reformas. En consecuencia, nos parece un deber profesional, ético y político buscar líneas de acción orientadas a redefinir el compromiso docente. Podemos comenzar por conocer quiénes son los buenos profesores, qué hacen y cómo lo hacen.

La expresión buenos profesores no es ingenua ni falaz, por el contrario, tiene claras implicaciones éticas y profesionales donde se aprecia el trabajo profesional bien hecho y el reconocimiento social y político de sus pares y alumnos. Sus prácticas y las teorías que manejan pueden revitalizar los planes y programas de la Formación Inicial de Profesores y la formación permanente; re-significar la profesionalidad docente, y entregar información relevante y pertinente a los profesores de aula para la reflexión personal y la toma de conciencia sobre el rol profesional.

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